Interesantísima pregunta, compañero @char_aznable88.
Yo actualmente sólo compraría un juego que no funciona si ya no existiese ningún otro que funcionase.
Pero en el caso de llegar el día (hipotético y creo muy lejano aún) en que todos mis cartuchos de NEO-GEO dejasen de funcionar, los seguiría conservando como parte de mi colección pues jugarlos no es el fin último del que colecciona, al menos no en mi caso. Jugarlos es un añadido posible, pero nadie se gasta 1000€ en un Eliminate Down de MD sólo para poder jugarlo, teniendo un mega everdrive con todo el catálogo en un cartucho...
El que paga esos 1000€ por un cartuchito de MEGA DRIVE lo hace por puro coleccionismo, por pura querencia física y material, y no como un modo de acceder a la rom y al juego/programa. Lo hace para poder tocar y ver esa pieza entre sus posesiones, para sentirlo de su propiedad, el puro placer de la posesión material, como un tributo al pasado, funcione o no (evidentemente si funciona, mejor que mejor, no vamos a negar esa evidencia). Hasta incluso como un orgulloso objetivo logrado, de una pieza escasa o relativamente rara de un juego que admira de una consola que admira. Todo eso, pero no sólo para "jugarlos".
Así que si llegase el día (repito, lejano en mi parecer) en que TODOS los cartuchos dejasen de funcionar, por supuesto que seguiría adquiriendo material legítimo de mis consolas de colección. Porque mi coleccionismo es esencialmente material y con un fin conservacionista de dicho material. De la misma forma que tengo juegos mint y precintados que no desprecintaré, por el puro placer de coleccionarlos y poseerlos como parte de mi tributo a una plataforma comercialmente extinta, sea cual sea.
No me vale decir que los videojuegos fueron hechos exclusivamente para ser jugados, pues yo vivo en 2018, y si en 2018 me da por coleccionar sellos de 1950, no voy a usarlos para enviar cartas (que es para lo que fueron fabricados en su día).
Coleccionar es ir mucho, muchísimo más allá de la primera utilidad de lo que se colecciona. En el caso de coleccionar videojuegos, jugar es sólo una más de las muchas motivaciones que conlleva adquirirlos hoy día, pero nunca la única.