Sólo cuando la vida te muestra su parte más angustiante y te invade la sombra de la incertidumbre, es cuando realmente te das cuenta de cuales deberían ser las prioridades reales de una persona y por ende de la gente a la que quiere y por quienes ella misma es amada. Todo lo material que pueda estar en nuestras manos, a pesar de ser un elemento interesantísimo y que nos proporcione verdaderos momentos de disfrute y nostalgia, no es más que un brote en la tierra, débil y frágil ante las tempestades que sacuden todo lo que somos y nos dan una visión más pragmática de la vida.
Yo he experimentado algo parecido a lo largo de mi existencia, más tirando al factor de necesidad económica, que me ha hecho, por fuerza, aprender a ser más desligado de posesiones materiales (recuerdos de familia valiosos a nivel "sentimental" y, por desgracia, también económico), en pos de ser consecuente con mí mismo. A mí me quemaba el tener metido en un cajón un objeto antiguo que valía varios miles de euros y luego tener que hacer verdaderos malabares para llegar a fin de mes. No lo veía lógico. Así que con todo el dolor (que desués se transformó en liberación), creé un fondo con todas esas cosas que me podrían dar un respiro (juegos obviamente, también). Hoy la cosa está mejor, pero si tuviera que volver a deshacerme de todo por los míos y por vivir mejor (que, como está el patio, me da que tarde o temprano volverá a pasar), no dudaría en repetir.
Tu gesto me parece de una belleza que me emociona, compañero, pues no hace más que confirmar que eres un tío maravilloso y que se desvive por el que verdaderamente es el mayor tesoro que alguien puede tener, que es la familia. Son muy afortunados de tener a su lado a un hombre que les va a cuidar siempre y que lo daría todos por ellos. Estoy seguro que la nostalgia o penilla de deshacerte de tus cosillas quedan aplastantemente eclipsadas por esa cosa tan grande que te va a entrar en el pecho cada segundo que disfrutes con tu reina y con tus dos príncipes lo ganado de esa colección de AES que, aunque dejen de estar físicamente a tu lado, la has vivido, la has disfrutado, la has exprimido con tus manos para sacar el verdadero jugo de llevaba, ese que se escapa de los precintos, de las marcas de insercción, de los estados mint, del olor, de lo bonita que quedara perfectamente organizada y alineada en las repisas. El homenaje que le has hecho e inmortalizado a lo largo de estos muchos años de aventuras, por mucho que vendas hasta la tele en la que la jugabas, permanecerá en tí hasta el día que marches, compañero. Venderás plástico y silicio. La magia te la quedas para tí, y eso, como bien sabes, vale mucho más que 50 dineros.
Muchísimas felicidades por la recuperación de tu esposa, y ahora a disfrutar de la vida, que es eso que nos ocurre mientras pensamos en otras cosas.
Un fuerte abrazo.
Manuel.